¿Pueden convivir la franquicia y el comercio local?

Hoy en día en las ciudades y pueblos más pequeños ya no solo encontramos la clásica tienda de barrio, también hay franquicias.

Con los años se han ido expandiendo por todo el territorio donde se han hecho hueco entre los negocios tradicionales, pero ¿cómo se gestiona esa coexistencia? 

Franquicia y comercio local

Lo primero que hay que tener claro es que la relación entre franquicias y el comercio local no tiene porqué ser de competencia. Ambos modelos pueden coexistir y complementarse perfectamente. 

Mientras que el comercio de proximidad aporta cercanía, las franquicias pueden proporcionar innovación y reconocimiento de marca, entro otros aspectos. 

Mercè López, directora comercial de Dietflash, una franquicia rentable especializada en nutrición y dietas proteicas con presencia en España, Portugal y Andorra, asegura que la convivencia es posible y, de hecho, frecuente. “En general, la relación con el entorno local es bastante respetuosa”, afirma. En su caso, la competencia se la hacen las consultas independientes o los herbolarios, pero la clave está en el enfoque característico de la marca, que les posiciona de forma distinta. 

Para Rafael Polo, director de expansión de Reprepol, reconocida franquicia especializada en moda infantil, afirma que ambos modelos tienen que existir: “No tienen que convivir, deben de convivir. Tienen que convivir en ciudades grandes y pequeñas. La competencia es buena y necesaria para todos”.

El papel de las franquicias 

Las franquicias son fundamentales a nivel económico y social. Han sabido adaptarse a diferentes entornos, ofreciendo productos y servicios detrás de una marca reconocida y consolidada. Todo esto ha facilitado que las franquicias promuevan aspectos como la generación de empleo y el crecimiento económico

Según los datos que ofrece Tormo Franquicias Consulting, el último informe de 2025 señala que en España hay 1.471 redes de franquicia operando en diferentes sectores como la alimentación, la moda, la salud o los servicios, generando más de 300.000 empleos directos. 

Todo esto supone una facturación superior a los 30.000 millones de euros anuales en España, por lo que las franquicias suponen un pilar fundamental en la economía nacional. 



¿Cómo construir un ecosistema equilibrado?

La clave para una convivencia saludable entre el pequeño comercio y franquicia se basa en la colaboración entre ambos. 

Cada vez son más las franquicias que ven que no es suficiente con tener el respaldo de una marca reconocida, sino que deben construir vínculos reales con su entorno. Esto implica apoyar eventos locales, colaborar con comercios y escuchar activamente a la clientela.

De hecho, muchas incorporan acciones locales de patrocinio, colaboraciones o eventos como parte de su estrategia de fidelización. Tratan de vender productos o servicios y también de convertirse en un actor relevante del barrio, como haría cualquier comercio.

Para su integración, muchos franquiciados se implican de forma activa en las iniciativas de su entorno: desde carreras populares hasta acuerdos con gimnasios o centros deportivos. Esta estrategia está al alcance de cualquier otro negocio local, pero le da visibilidad a pie de calle y genera cercanía con sus clientes.

“Muchos clientes nos dicen que sienten que los escuchamos de verdad, y que eso marca la diferencia respecto a otras experiencias anteriores”, añade Mercè.

Perfil de la clientela

Las franquicias tienen lo mejor de los dos mundos, ya que pueden conseguir clientes que vengan desde la marca o bien conseguirlos a pie de calle. Contra la idea de que las franquicias atraen únicamente a públicos ajenos a la zona, los datos internos de muchas enseñas muestran lo contrario.

En Dietflash, por ejemplo, más del 60-70% de los clientes provienen del entorno inmediato. La clave es adaptarse al funcionamiento diario del barrio en el que han hecho un estudio de mercado para abrir un local y brindar los servicios para sus necesidades específicas. 

Aunque las franquicias tengan nombre y protocolos comunes, cabe la personalización y adaptación a las necesidades de cada zona. De hecho, contar con una estructura fija que de respaldo al negocio permite a los franquiciados no tener que centrarse únicamente en gestiones como el marketing, los proveedores o el diseño de protocolos para así centrarse en el trato directo con el cliente. 

Es un punto a favor para abrir un negocio con cierta independencia, pero con la seguridad de no asumir tantos riesgos como en un emprendimiento en solitario. 

Este modelo es una gran oportunidad para quienes desean franquiciar un negocio, ya que permite abrir con menor riesgo y mayor respaldo, pero sin perder el contacto directo con el cliente.



Futuro de las franquicias

Para este año 2025, la consultora Tormo Franquicias ha previsto que el sector siga creciendo. Según sus cálculos, cerca de 200 empresas nuevas se sumarán a este modelo, por lo que se podrán alcanzar las 1.600 franquicias y llegar a los 90.000 establecimientos franquiciados en toda España.

Los negocios que, según las estimaciones, mueven más dinero e inversión son los relacionados con la restauración y la alimentación. Sin embargo, los servicios de salud y bienestar y los servicios digitales están desarrollando un crecimiento fuerte, ya que las franquicias se adaptan a las necesidades de las personas hoy en día. 

¿Es posible la convivencia entre franquicia y comercio local?

La respuesta es sí, hay sitio para todos en la ciudad. Ambos pueden convivir para impulsar el desarrollo comercial de la zona. Además, esta coexistencia ofrece al consumidor una propuesta variada. 

Se podría decir que la convivencia de los dos modelos es necesaria, ya que el equilibro entre la eficiencia de una franquicia rentable y la autenticidad del pequeño comercio local son la clave para que las ciudades sean fuertes económica y comercialmente. 

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